domingo, 27 de junio de 2010

PLACER DE DOMINGO

Cuando acabo mi turno laboral, como hoy, tras un sábado largo y completo, redescubro los domingos. Desconecto, cambio el chip, llego a casa, me ducho y empiezo otra vez a vivir. Para mí no todos los domingos son domingos cualquiera, ni los sábados, ni siquiera los festivos. A fuerza de estrujarlos muchas veces en jornadas laborales sus libranzas me liberan.

Por eso agradezco tanto ese primer abrazo de recepción, esa lectura de la prensa de hoy, ese aroma a café recién hecho, ese delicioso olor a jazmín, o a hierbabuena, o a alhelí cuando salgo a la terraza. Será por mil escarmientos pero aprendí hace un tiempo a saborear mejor las pequeñas cosas, las más simples y sencillas, esas que las tenemos delante, que pasan cerca de nosotros, casi rozándonos, y se nos muestran casi invisibles.

Es entonces, antes de que se diluya el aroma, desaparezca el gesto o se desvíe la mirada, cuando atrapo el momento, lo fotografío mentalmente y lo guardo, lo guardo y lo retengo como pequeños tesoros, por si hay temporadas de escasez. Los colores reverdecen la imaginación, la luz reactiva un cuerpo agotado y descubro, como si fuera la primera vez, las esencias de las simplezas.

No pido ahora más que coger una mano, mirarnos, mirar, sonreir y hacerme un poco más viejo. Y pensar, cómo no, en esos seres tan queridos y lejanos que siguen estando sin estar; y ponerme una música, ésta que suena ahora por ejemplo; y abrir el correo, leer, repasar mis cosas, volver a salir al balcón para resoplar la hierbabuena, y el alhelí, y el jazmín.

Qué bueno es un domingo cualquiera cuando se le puede abrazar. Éste por ejemplo. Por eso lo homenajeo mientras lo disfruto, porque es un lujo, un día sin precio y todo un placer. Un placer de domingo.


jueves, 24 de junio de 2010

LA NOCHE DE SAN JUAN

Acabo de regresar de Barcelona tras horas de autopista, esperas en aropuertos y una noche de insomnio, donde era imposible conciliar el sueño por la Nit de Sant Joan. La pasada noche, la más corta del año, está festejada en muchos lugares y los fuegos y algarabías pirotécnicas adornan las horas de vigía.

Esa noche agranda cada año su leyenda particular siendo costumbre, en multitud de sitios, activar una hoguera que, aparte de desprender calor, simboliza muchas otras cosas. Suelen quemarse enseres viejos e inutilizados como gesto de renovación; hay quienes saltan sobre las llamas e incluso quienes caminan por sus cenizas. todo sea para reinventar las buenas intenciones.

Para mí las noches son casi todas iguales, pero para eso alguna vez, alguien, les puso nombres. En cualquier caso la Noche de San Juan dicen que hechiza, seduce, deslumbra y acapara con su magia. A mí, doy fe, me quitó el sueño.

Sin embargo deseo sinceramente que vengan otras muchas noches de San Juan y que me roben horas de descanso. Que se vivan y se compartan, y que cada cual le ponga su propia guinda.

Y ojalá no se repitan nunca, en noches tan encendidas como ésta, episodios tan tristes como la desgracia de Castelldefels. Que se vivan para contarlas, no para sufrirlas.

lunes, 21 de junio de 2010

OTRO MÁS EN LA FAMILIA

El ciclo vital siempre se repite. La muerte apacigua latidos y la vida brota nuevos corazones. A cada último suspiro agónico resplandece otro proyecto de vida en cualquier sitio, a saber dónde y con todos los futuros inciertos pero igualmente llenos de esperanzas.

El viernes dieciocho expiró José Saramago poco después del mediodía. Y con él se fue un profundo pensador, con la falta que nos hacen los sabios viejos. Ese mismo día parieron cientos de niños por los contornos peninsulares. Y a media tarde vino al mundo Jordi, otro sobrino nieto que -realmente no domino aún muy bien estas cosas de los parentescos familiares- inunda de sollozos y alegrías unas casas llenas de impaciencia.

El renacuajo, que entre la confianza que da el tuteo familiar llamábamos "garbancito", ha asomado sano y con ganas de comportarse. Y no otra cosa espera su gente de él. Que crezca fuerte, feliz, curioso de las cosas de la vida, vulnerable pero siempre inmune a las amenazas, alegre más que tristón, generoso aplacando sus egos, soñador como los que le engendraron, valiente como sus abuelos y sabio como los que tanto le acunaron antes de nacer. Y que cuando pasen muchos, largos y fecundos años la fama de este neonato Jordi sea simple y corta: una buena persona.

Nadie aspira a más. Así que, por no faltar al deseo y a la verdad, que así sea.

Bienvenido al mundo. Y ojala el bueno de Saramago, coincidente por un histórico día, os guiñe el ojo -cargado de infinita humanidad- a los que abristeis por primera vez los ojos.

Música sugerida: GENTE DIFERENTE. Rodrigo Leao

viernes, 18 de junio de 2010

AMBICIÓN Y CUSTODIA (relato)

Un grupo de espeleólogos descubre una gruta que por su naturaleza, profunda y escarpada, promete aventuras y nuevos descubrimientos. Encontrándose la sima en una propiedad particular su dueño, un científico con escasos escrúpulos, está convencido de que la cueva esconde misterios que le serán, más tarde o temprano, recompensados.

Desconfiado de que ese grupo de extraños la indague y se apropie de sus sueños decide un plan maquiavélico y destructor. Envenena un arroyo de agua con esos productos que sólo los científicos conocen con el propósito de quitárselos de enmedio. Y así lo hace, mezclando alucinógenos y otras combinaciones letales en ese torrente, a una decena de metros de la entrada.

Los desventurados aventureros rellenan sus cantimploras de esa agua maldita y se desata la tragedia. Sólo uno logra salir de ese oscuro infierno y regresar en penosas condiciones. El resto ya son presa fácil para el loco, poseso de celo y ambición. Los reduce uno a uno y los lanza por una grieta hacia el abismo húmedo y negro. Jamás los encontrarán y por aquí nadie vino, pensó.

Siguió luego el rastro del fugitivo superviviente y haciendo uso de favores a cambio de información dió con el desdichado, al cabo de unos meses, en el módulo de enfermos mentales de un geriátrico. Interesado por él por los motivos que ya sospechamos, se presentó allí haciéndose pasar por un amigo de la infancia.

El enfermo presentaba cuadros de esquizofrenia y una absoluta amnesia, cuestión que tranquilizó al científico malvado. No obstante le visitaba una vez al mes para comprobar la evolución de su estado y si era reversible en cualquier caso.

Pasado el tiempo y en su última visita se llevó un susto de muerte, pues le comunicaron que el paciente había salido del shock y había mejorado, tanto de sus problemas físicos y mentales, hasta tal punto que le concedieron el alta. Y además, y todos se alegraban de ello, había recuperado la memoria.

Se apoderó del científico la angustia y la zozobra. Y a partir de ahí se inició el dilema. Él o yo. Y la búsqueda del uno del otro. Comenzó así una camino de captura y de venganza. Como la vida misma.

Música sugerida: LA RUPTURE. Yann Tiersen

martes, 15 de junio de 2010

ABRAZOS ESQUIVOS

Ocurre a veces que abrimos el pecho y ofrecemos un abrazo sincero y tendido, ofrecemos el alma totalmente completa, sin faltarle nada, y ese intento se diluye como el agua. Lo esquiva el destino: es momento inoportuno, ahora no, no es el momento, es tarde quizás....

Ocurre a veces que mendigamos abrazos como huérfanos perdidos y nos exponemos a un ridículo espantoso.

Yo pienso que se mata la gente en las trincheras sin saber por qué, se dan de hostias dos púgiles en un ring por cuatro sacos de dinero sabiendo que quedan "sonados", que mucha gente da la espalda cuando uno menos se lo espera, que la vida es más corta si la complicamos.

Yo sé que un beso, un abrazo, además de gratis no cuesta nada y que nunca sabremos cuando recibiremos el próximo beso o el siguiente abrazo.

Yo sé que a veces resulta que el destinatario no está preparado. Pero creo que, como me dice mi amiga Carmen, nunca estaremos sobrados de besos y abrazos, aunque los malos tiempos los espanten.

Por eso no desespero y probaré otra vez, y la siguiente, y siempre que pueda. Y si el abrazo o el beso no llega a su destino probaré con una canción. Porque necesito regalar miradas, ternuras, abrazos y sonrisas, por más que no sepa muy bien como se regalan, sin zalamerías, éstas cosas.

Y como no puedo triturarme con abrazos utópicos e imposibles, os regalo una canción.

viernes, 11 de junio de 2010

FANTASÍAS

Dos parejas de novios, lo eran desde hace tiempo, compartían infinidad de cosas. Salían siempre juntos y entre semanas eran inseparables. Jóvenes, ansiosos de vivir, generosos los unos con los otros, contagiadores de esperanzas y alegrías. No compartían pareja ni por supuesto la intimidad cuando los momentos lo permiten y lo placentero invita.

No existiendo secretos entre ellos y ellas decidieron dar un paso más en sus aventuras y rozar el misterio del morbo. Así que, en una ocasión se fueron en el coche los cuatro hacia un paraje tranquilo y solitario. Después del picnic una pequeña siesta y tras la siesta pensaron que había llegado el momento, ese que alguna vez habían soñado pero jamás habían dicho.

Una de las parejas ocupaba los asientos delanteros y la otra los de atrás. Después de los preámbulos de los besos y las tontunas comenzaron las caricias, y los fuegos encendidos fueron excitándose conforme se escuchaban mutuamente.

Lo que ahora cuento es que, a veces, las parejas están confundidas o equivocadas. Pues la chica del asiento primero tiritaba por el chico de atrás y él sentía algo parecido, de esos amores imposibles, con esa joven mujer. Tenían un feeling especial aún manteniendo muy a gusto sus relaciones con sus respectivas parejas.

El caso es que ella, la del asiento delantero, mientras cabalgaba encima de su novio tenía frente a sus ojos al chico por el que susurraba y que era devorado, literalmente, por su pareja. La mirada de él, empapada de frenesí, quedó clavada en la niña de sus ojos que tan fijamente les observaba.

El asunto es que los dos, en plena faena con sus parejas, gozaron doblemente. Mientras disfrutaban con las suyas, querían ser las parejas de los otros. Las miradas de complicidad y deseo aguantaron hasta el final sin perder detalle.

Finalizados los actos amorosos y un poco ruborizados los cuatro ante tanto gemido y escándalo, se adecentaron, salieron del coche e iniciaron una conversación trivial.

Hasta que alguien dijo: "esto hay que repetirlo".

El erotismo y sus sueños tienen estas cosas. Y la vida sigue.

Música sugerida: HABITACIÓN EN ROMA. Música de Jocelyn Pook

miércoles, 9 de junio de 2010

LOS HIJOS DE LA SEPARACIÓN

Que a una pareja se le atragante el amor es tan sencillo como que Cupido, ese invento de la mitología romana e hijo de Venus y de Marte, atraviese con sus flechas dos corazones perdidos y se desate entre ellos el flechazo de la pasión. Si Cupido lanza sus dardos con los ojos vendados, como solía hacer, entonces puede producir un estropicio de incalculables consecuencias, amén de dejar tuertos, y ciegos por tanto, a los recién enamorados.

Así las cosas, es muy frecuente que las parejas aguanten lo que dura el canto de un gallo, porque los flechazos, esos amores a primera vista, suelen sustentarse en los caprichos de un buen revolcón, de unas noches mágicas y locas pero de fuegos artificiales, del encanto que provoca la seducción engañosa o las promesas eternas de los momentos alocados e inconscientes.

Luego, pasado el tiempo, se desvela el misterio y aparece cada cual como en realidad son: apasionados sin profundidad, caprichosos del momento, egoístas donde prima el interés personal por delante del deseo de la pareja, míseros ruines carentes de generosidad.

Cuando se consuma el despropósito, nacido de la inconsciencia, llegan las dudas, más tarde los reproches y por último el conflicto emocional y hasta bélico. Ellos se lo buscaron por fiarse a ciegas de las flechas de Cupido, pero esas lanzas, y esto es más triste, se clavan también en los hijos de ambos, producto de su efímero amor.

Y llegado a este punto es donde hay que poner una señal de Stop muy grande, y no invadir sentimientos amargos hacia criaturas indefensas e inocentes. Lamentable resulta utilizar a los hijos como armas arrojadizas, otra vez las malditas flechas de Cupido, en fuegos cruzados sin descanso y sin cuartel.

Déjense en paz a los niños, a las hijas, y siempre al margen de tanta estúpida disputa. Lo único que les queda a ellos es la madre, el padre y su amor eterno. Odian las flechas, maldicen a Cupido y están hartos de tanta imbecilidad.

Así que, si alguien por ahí lee este real cuento, se embrujó por un dardo, se enamoró de una falsa mirada, de una piadosa promesa y tuvo descendencia, que rompa las flechas y acabe con el enredado conflicto de una mala relación pero, esto sí que quede claro, salvaguardar de sufrimientos inútiles y traumáticos a vuestros seres más queridos. Esas almas sí que son de verdad y esos corazones benditos son amores sinceros, limpios y dulces. Si no son huérfanos de padres y madres, no los dejéis huérfanos de amor y de consuelo.

lunes, 7 de junio de 2010

SOCIEDAD TRISTE, DIRIGENTES LOCOS

¡Maldita globalización! ¡Qué manera de engañar al personal! Nos venden el sueño de que cuando los mercados sean más libres y no tengan fronteras el mundo vivirá mejor, aunque no sea feliz. Pero que vivirá mejor se dice con la boca pequeña. Es el mal llamado primer mundo, los países más poderosos e industrializados, los que ahogan con la soga a los de otros continentes, y de los países ricos sólo unos miles de sanguinarios sinvergüenzas obtienen beneficios de tantas mentiras y tanto cuento.

Las grandes empresas necesitan seguir expoliando y para que sus acciones tengan buen futuro y recaudo en las bolsas exclavizan mano de obra, por una sopa de sanguijuelas, a los pobres del mundo.

Mientras tanto Obama, flamante Nobel de la Paz, sigue vendiendo armamento y no dice ni mus ante el genocidio de Israel. ¡Qué poco dura la memoria, cuando los judíos fueron también exterminados!

Nos comemos las mierdas que dejan los cobardes egoístas y nos apretamos el cinturón hasta que nos hunda la espina dorsal.

¡Qué triste sociedad! Menos mal que tú estás conmigo y que no estamos solos en los pozos del fango. Pero sigue, sigue viviendo. Vive inconforme y denunciando farsas, pero procurando ser feliz. Los desgraciados dirigentes se morirán en la abundancia, locos de ira y enfermos del corazón.

Pero cuando cierren, por última vez, sus ojos tendrán la mirada perdida, sospechosa, sucia y triste. La tuya sin embargo, brilla en la luz. Brilla como el sol en el amanecer. O eso espero.

Música sugerida: SOCIETY. Eddie Vedder

viernes, 4 de junio de 2010

CONTRACORRIENTE

Los ríos dan siempre una nota fresca y verde a cualquier paisaje. Todavía resisten a la voracidad de la aridez, que conquista con lentitud los oasis y los vergeles.

Los ríos son como nuestras vidas, van camino abajo, a veces con aguas bravas, de vez en cuando en tranquilos remansos, pero siempre cuesta abajo.

Yo soy de los que procuro resistir para no abocarme en la inmensa desembocadura que petrifica con su sal y prefiero ir contracorriente, aún sabiendo que cualquier día, agotado de tanto esfuerzo inútil, acabaré ahogado entre las aguas sumisas y conformes.

Siempre me gustaron esos peces que ascienden río arriba, intuyendo que su huída es su único salvavidas.

En cualquier caso, devorados por la corriente tarde o temprano, qué emocionante es el río, y su viaje, y su historia, que es la nuestra. Mientras el destino espera impasible qué bonito queda el paisaje.

Música sugerida: RÍO ABAJO. Pasión Vega

martes, 1 de junio de 2010

SOLITARIO

Tengo un amigo que es un ángel. Es más bueno que el pan pero, a diferencia de los otros ángeles terrenales abiertos, extrovertidos y alegres que te contagian de vida y del agradable sentido del humor, éste ángel es un ser solitario y, a veces, casi insociable.

Sus motivos tiene y por ello en ocasiones me coge del brazo, me retiene y me secuestra para charlar conmigo. De vez en cuando me invita a una copa y me cuenta sus cosas, sus temores, sus intranquilidades, sus inquietudes abandonadas.

Habla conmigo porque sabe que le escucho con respeto, con paciencia, con solemnidad. Mientras suelta por su boca los males del mundo y los desengaños, los amorosos y los de la vida, yo le observo como a un niño mayor, envejecido por mil luchas vividas y vanas. Le miro a los ojos, repaso su barba, reparo en su lagrimal alguna resbaladiza y húmeda lágrima y dejo y dejo que me cuente.

Al final intervengo. Le expreso mi punto de vista tan solemnemente como cuando le escucho, le animo a que no se derrumbe de nuevo, le digo que le quiero, le doy un abrazo después del apretón de manos y nos decimos un adiós hasta la próxima.

Está más perdido que yo pero, cuando me ve por algún sitio, jalea y gesticula como si se le hubiese aparecido otro ángel. Y yo sé que no, aunque él se lo crea. Y esboza entonces esa sincera sonrisa siempre oculta y tanto tiempo escondida.

Música sugerida: MIÑA NAI LUA. Rosa Cedrón