viernes, 21 de octubre de 2011

INOCENCIA, CÁRCEL, MENSAJES Y PALIZAS

Dewey Bozella ha ganado su primer combate como boxeador profesional. Nada que objetar si no fuera que tiene cincuenta y dos años y se ha pasado veintiséis en una prisión de USA por un delito que no cometió. En el penal, mientras entrenaba en el gimnasio, tuvo tiempo suficiente para escribir, mandar, reenviar y remandar la misma carta.

Durante años y una vez a la semana enviaba una carta firmada con su puño y letra a “THe Innocence Project” para solicitar una revisión de su caso al declararse, por activa y por pasiva, inocente de las causas que le llevaron a la penitenciaría.

Lo que me indigna de su historia es que en el año 1990 el fiscal del distrito le ofrece la libertad con una única condición: que se declarase culpable, que admitiese su responsabilidad. Hecho que pone en entredicho el sistema judicial estadounidense, porque a ver como se explica, a un adulto sin razonamientos o a una criatura con esperanzas, que si te confiesas culpable eres libre, y si te declaras inocente sigues pudriéndote en la prisión.

Bozella, en una decisión que le honra y confirma su exculpación, testifica su inocencia y se ve privado de su libertad otros once años más. Cuando termina la condena, porque finalmente un jurado lo considera inocente, se dedica como medio de vida a lo que tanto ha practicado en el cuadrilátero: el boxeo. Llega pues su primer combate con una expectación inusitada. Al fin y al cabo un exconvicto veterano, además de inocente, salta al ring por primera vez.

Para rematar la historia aparece el Presidente americano, Barack Obama, que le envía un mensaje de felicitación antes de pelearse con el púgil rival. En el recado presidencial le dice: “Dewey, eres un ejemplo para todos”.

Y yo acabo de indignarme todavía más, porque el hombre más poderoso de su país permite que durante veintiséis años un inocente esté en la cárcel, no le ofrece al expresidiario compensación alguna por privarle de media vida por un error judicial, y encima le anima a que se exponga a una paliza en un habitáculo, mal llamado deportivo, para que venza o sea abatido. “Eres un ejemplo Dewey”.

Un ejemplo para morir recibiendo hostias o para dejar sonado a otro pobre desgraciado. En fin, qué pena de mensajes estúpidos y qué lástima de idiotez presidencial. Pero si Dios los cría… ellos se pegan…

Con el tumulto del espectáculo que suene la música, “contigo o sin ti”.

Música sugerida: WITH OR WITHOUT YOU. U2

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