miércoles, 15 de diciembre de 2010

CASA ABIERTA

Después de tener el ordenador ocupado, casi secuestrado, por algún ser que regresa a casa para besarnos y compartirnos, vuelvo a recuperarlo, aunque nunca se sabe. Tenía un poco de "mono" de volver de nuevo al Diván, pero la cortesía de los anfitriones debe prevalecer ofreciendo siempre la mejor disposición a quienes nos visitan.

Alimento, cama, descanso y cobijo nunca va a faltar en esta casa, para visitas cortas o más prolongadas. Siempre fue así y estas paredes son testigo de que, venga quien venga, en grupos o por goteos individuales, serán bien tratados y recibidos.

Nos falta de todo, no nos sobra de nada. Pero quien traspasa la puerta en son de paz y con la sincera actitud de la amistad siempre vuelve.

Dentro de unos días se celebrarán las navidades y esos días tan entrañables y mágicos, que muchas veces reúne y otras distancia, cerrarán la puerta de un año y abrirán otra ventana. Nunca están todos los que son ni son todos los que están pero se agradece el reencuentro, la nostalgia e incluso el olvido.

Me gusta contar con el ordenador disponible, y mis cosas, y mi alma. Aunque a veces me lo sustraigan temporalmente. Pero cuando me devuelven el ordenador, mis cosas y mi alma, no sé aún por qué, me encuentro más agradecido. Será que las puertas se hicieron más para abrirlas que para cerrarlas.

Será, quizás, que la felicidad se marchita si no se comparte.

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