martes, 15 de diciembre de 2009

EL DESENGAÑO

En la noche de la gran ciudad, deambulando ensimismado por las salidas de metro, por los insufribles e incontables semáforos, entre la jungla de coches y perdido por la hormiguera humana de etiquetados peatones, buscaba, de nuevo, ese golpe de suerte. Por si acaso en éste otro intento y en esta maldita vez la descubría. Quería desafiar a su acostumbrada desesperación y ansiaba encontrar la aguja en el pajar, el grano dorado de arena en el desierto o, en caso contrario, volver sobre sus andadas hacia su viejo hostal, otra vez entristecido.
Vencido de tanto buscar, roto por el cansancio y la resignación, regresaba a su guarida por los barrios viejos. Las luces de los anuncios publicitarios se encendían y apagaban en medio de un mundo enloquecido y artificial. Una hamburguesería, una champanería, otra esquina, un sex-shop y un frívolo burdel.
Milagroso y amargo instante. Por fin la vió, pero, quién lo iba a imaginar. Allí estaba esa joven que rompió con él hace cuatro años. Allí estaba con esas provocativas ropas que volvían loco a cualquiera y seducían a un muerto. Allí estaba, segura y desafiante, agasajada por un desconocido acompañante que la cortejaba como cliente.
Ese idílico amor por el que tanto suspiraba desapareció por callejuelas y reflectantes calles en busca de trabajo. Ese viejo amor, evaporado y diluido, borrado para siempre.
Placer, dinero y olvido.
Texto de Los Secretos de la Noche
Autor. Juan José Torres

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