Antes se decía, cuando se apañaba un enlace por conveniencia, que el "roce hace el cariño". Se intentaba disuadir de este modo cualquier suspicacia, cualquier duda, cualquier temor. Quizás no se ame, pero los años hacen el resto. Y este pensamiento aún continúa en la mente de muchas personas.
También es verdad que el roce, cuando se desgasta de poco usarlo, desvanece el cariño. Dicho de otro modo intento explicar que el amor, cuando lo consumen los años, se puede deteriorar. Dicen que la pasión es una primavera pasajera y también que la experiencia otoñal, con su serenidad, llega tarde.
No sé muy bien cómo funciona todo esto. Cada uno tendrá su propia experiencia, pero he oído comentar "¿de qué sirve la sabiduría si ya no tengo instintos?", y a otros "¿de qué me sirve ser apasionado si no sé controlar ese pronto ni puedo retener lo que tanto reclamo?".
En cualquier caso, y siendo todo un misterio el mundo de los sentimientos, no juguemos al sí y al no. No deshojemos constantemente margaritas ni provoquemos peleas innecesarias. El roce no hace el cariño y los años desgastan el roce. Pero, ¡qué bonito es contarlo, compartirlo y vivirlo en otro abrazo!
Música sugerida: PRODIGAL. Legend of The Seeker
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