Hay golpes en la vida que tumban incluso a los más fuertes. Dejan sin respiración y se conoce de cerca el tambaleo. Apenas quedan fuerzas para levantarse, para proseguir. Es entonces cuando asaltan dudas y nos entregamos, vencidos y resignados, a la mala suerte. Nos convertimos en luchadores abatidos y sin ganas. ¡Qué difícil parece salir del bache! Como esos sueños que forman parte de las pesadillas universales, que se quiere andar pero tenemos clavados los pies en el fango.
Se piensa entonces que Goliat siempre avasalla a David, que la esperanza es una quimera y el horizonte una ilusión inalcanzable. Hay días, meses, temporadas que un@ no levanta cabeza y estamos casi dispuestos a entregarla. Ni siquiera se pregunta y qué poco importan los porqués. No hay salida. Es el final.
Pues digo yo que mientras haya alguien que os quiere no existen ni metas ni finales. Todavía hay camino. Pero, sin estás sin fuerzas, no lo andes sol@ y piensa que los problemas, amontonados y juntos, difícilmente se resuelven. Primero se hace frente a uno, luego aparecerá otro y el siguiente. Tómate tiempo, no queda otra cosa.
Selecciona y prioriza. Es probable que en cuanto salgas de una cojas fuerzas para la siguiente. Así que no te derrumbes y no se lo pongas tan fácil a la hostilidad. Dicen que la vida es bella, pero también es fea y cruel. Pero a cada paso que te incorpores y avances más hermosa la conviertes.
No deseo ni héroes ni heroínas. Pero me encanta la gente que se levanta, grita en voz baja y desafía, con toda la amabilidad del mundo, a todos los Goliats.
Música sugerida: ERES. Ismael Serrano
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