jueves, 19 de noviembre de 2009

LA MIRADA

Existe un comentario común, y por lo tanto generalizado, afirmando que la cara es el espejo del alma. Probablemente si esta premisa es tan universal es que será así y el dicho tenga razón. Pero, permitirme la licencia, yo afinaría un poco más y otorgo menos importancia a la cara, pues creo que el secreto está en los ojos. De hecho para proteger la identidad de personas en fotografías o videos se les ocultan los ojos. Porque a mi modo de ver, los ojos son el gran misterio y éstos sí reflejan, más que la cara, los estados de ánimo.
Los ojos vienen a ser como unos grandes ventanales con los colores del arco iris: azules, negros, verdes, marrones, pardos, claros u oscuros. Pueden ser grandes o diminutos, abiertos o achinados, encantadores o inexpresivos. Cuando se abren de par en par y si nos cargamos de una buena dosis de intuición, psicología y paciencia, -y si se dejan ver-, podemos adentrarnos en el misterioso interior del portador de los ojos.
Porque los ojos no son más que el vehículo de la mirada. Y ésta lo dice y delata todo. Las hay, las miradas, frías y cálidas, provocativas y coquetas, insinuantes y seductoras, sinceras y falsas, temerosas y entrañables, frustradas e inolvidables, directas y perdidas y,...las hay también que matan.
No deja de ser estimulante y encantador mirar fija y reflexivamente las miradas de los demás y traspasar el umbral de su córnea para ver que hay detrás. Colarnos por esa ventana e intentar adivinar los pensamientos del otro, e incluso indagar en sus sentimientos. Te invito a practicar esta sana y poco prodigada costumbre aunque a veces se corre algún riesgo. Y si en ocasiones va acompañado de un guiño y éste es correspondido, mejor que mejor.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y la mirada, ¿has pensado alguna vez por cuántas palabras vale la mirada? ¿Qué haces ahora? ¡¡Ay!! Qué pena me da el que no pueda verte y...más me lamento que no puedas mirarme.
Texto de Los Secretos de la Noche
Autor: Juan José Torres
Música sugerida: LADY PEPA. Los Pekenikes

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