Ella padece una extraña enfermedad y con distintas patologías asociadas. Delicada su vista, torpe en sus andares, descoordinados sus movimientos pero de expresión alegre. Nació mal hecha y sigue caminando encorvada y torcida. Tiene treinta años, el cabello rubio, su tez blanca, los ojos entrañablemente azules y una sonrisa permanente.
Él es un poco menos joven, pero comparte con ella problemas serios en sus movimientos por una lesión progresiva. Necesita siempre con él, y a su lado, un ágil bastón. También tiene problemas con su lenguaje, pues le cuesta articular las palabras, esas palabras tan necesarias. Es serio, introvertido y reservado.
Viven los dos en un centro de discapacitados psíquicos en régimen de residencia. Y se conocen desde hace algún tiempo.
Y,... Cosas de los encuentros, empezaron a conocerse.
Cosas del corazón, comenzaron a gustarse.
Cosas de la vida, sintieron enamorarse.
Cosas del amor, aprendieron a quererse.
Y qué placer me invade cuando observo, disimuladamente y como que no va conmigo la cosa, cómo se miran; cómo se hablan, -ellos, que les cuesta tanto-; cómo se comunican redescubriendo un milagro y en medio del silencio, casi sin frases, sin palabras; cómo se recrean en el misterio de las miradas..., esas miradas a veces perdidas.
Qué sensación me produce cuando van cogidos de la mano, vacilando, por ese sinuoso pasillo. Y... cómo se me agranda el corazón cuando se despiden con un tímido y torpe beso.
Texto de Los Secretos de la Noche
Autor: Juan José Torres
Música sugerida: MY BABY JUST CARES FOR ME. Nina Simone.
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