miércoles, 1 de febrero de 2012

STEFI

No por esperar tu visita, tiempo atrás anunciada, dejaste de ser una sorpresa; tu presencia fue como esos regalos inesperados que te alegran el alma y te hacen suspirar, agradecido a la vida. Tus días aquí fueron un estallido de alegría y con esa extraña sensación de que el tiempo se detuvo, como un aliado, y la distancia se hizo chica, como si hubieras estado con nosotros desde siempre, desde toda la vida.




Después de saber que ya estás en Buenos Aires, en casa, caminando por las cuadras de tus calles, después de intuir que ya has bostezado el cansancio del regreso, quiero agradecerte nuestra amistad y dedicarte este texto desde el Diván del Desencanto.




Como si el Atlántico empequeñeciera y se convirtiera en un simple charco de agua, como si los nobles abrazos y las risas compartidas hubieran avisado al azar de que tenían que realizarse, disfrutarse, vivirlas y compartirlas.




Los milagros a veces existen y cuando se cumplen los viejos sueños aspira uno bocanadas de esperanza a esa vida agradecida y respira el feliz aliento que guarda como un tesoro.




Nunca sabremos cuando volveremos a cruzarnos las miradas y a regalarnos la risa, pero ya sabes que esta casa nunca quedará cerrada y los recuerdos siempre alimentan fuerzas para seguir por los senderos, por esos caminos a veces tan distantes, a veces tan cercanos, que cerrando los ojos se cruzan y si los abrimos se separan.




Gracias por tu presencia, que fue un regalo, y gracias al destino, que nos convocó a una cita para los hermosos encuentros. Seguramente habrá otra vez, una nueva ocasión para estrecharnos las manos y humedecernos las pupilas, embriagadas las emociones. Porque el mundo, estimada Stefi, se nos ha hecho pequeño, aunque cuando alzamos la vista apenas alcancemos mirar más allá de una leve colina.




Música sugerida: COLD SONG. Henry Purcell

3 comentarios:

  1. yo también tuve el placer de conocerla :)
    recuerdos Stefi!

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  2. Juanjo me dejas impresionada siempre con la capacidad tan grande que tienes para poder describir el interior de las personas.Un abrazo muy fuerte Josefina

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  3. ay, juanjo... recién ahora llego a leer estas hermosas palabras que no sé si merezco y tengo el lujo de releer constantemente, a medida que mis ojos transcurren por encima de las letras. fue un placer estar en tu casa, en la cotidianeidad de sus días, en el eterno descanso de una siesta por villena. y más que agradecida estoy con ustedes, por haberme hecho partícipe de ese mundo tan bien construido que les pertenece. un abrazo perdurable, juanjo:)

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