martes, 11 de octubre de 2011

LOS NADIES

Antes que nosotros ya existían LOS NADIES. Últimamente se han desatado acontecimientos demasiado importantes en el denominado PRIMER MUNDO. Y es que, por aquí y por allá, se tambalea y, aunque sabemos por qué, nuestra voz está todavía en un estado de afonía que no logra hacerse oír en los despachos de las trascendentales decisiones.

Pero antes que los civiles del norte de África prendieran su indignación y miraran cara a cara a sus tiranos, antes que los islandeses, los griegos, los italianos, los norteamericanos de USA, los franceses, los portugueses y los españoles saliéramos a la calle para liberar bocas amordazadas, antes ya existían LOS NADIES.

En Europa no surge un movimiento contra unos dictadores. La sutileza confunde a los ciudadanos porque no hay zares, ni caudillos, ni emperadores a los que haya que reprender. Hay democracias de las que hemos presumido de ellas, pero han virado con un efecto contra natura. Las democracias, sustentadas en la aprobación popular, se han olvidado del pueblo. Sus representantes volvieron la espalda a la ciudadanía al comprobar lo fácil que es privatizar los fondos públicos para provecho personal.

No todos, claro. Pero el contagio corrupto se ha generalizado tanto que ha saltado la alarma y lo que eran avances consolidados se están convirtiendo en retrocesos peligrosos. Los colmillos depredadores del Capital están al acecho y recogen, esquilman y roban con el beneplácito de los gobernantes, o de su impotencia, que es peor la sensación y más grave el asunto.

Ahora que presumimos de no presumir de nada salimos a la calle a mostrar nuestra repulsa, a señalar con el dedo que el poder moralmente radica en el pueblo, no en el hábito de que pertenece a los elegidos. Será necesario darle la vuelta a este básico concepto: los representantes no deben olvidar nunca a los representados y el político debe estar predispuesto a servir, nuca a estar servido. Y los bancos con sus clientes, las empresas con sus trabajadores y los vendedores con los compradores.

Si esto no es así la Ley habrá que reinventarse.

Pero antes que nosotros, LOS NADIES ya sembraban la faz de la Tierra. Ahora, por fin compartimos con ellos la palabra que siempre existió y que es la más muda de todas las que existen:

¡INDIGNACIÓN!

Cita Sugerida: LOS NADIES. Eduardo Galeano

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