viernes, 25 de febrero de 2011

LA TRIPULANTE OLVIDADA

Dijo una vez un hombre, muy amante del mar, a su esposa: "¿Sabes? Estoy contento porque soy un personaje admirado en el mundo de los negocios y muy reconocido socialmente. Si esto no se detiene, porque va viento en popa, tengo otros exitosos asuntos en danza, como tú ya sabes".

"Soy como el capitán de un barco, manejo las mareas y las tormentas que se avecinan, estudio mis movimientos con precisión, calculo minuciosamente los próximos pasos, desafío a las coordenadas, controlo la brújula, dirijo como nadie el timón y la vida la tengo planificada como el mejor marino en su cuaderno de bitácora".

"Cuando es necesario retrocedo hacia popa para ver lo que dejo atrás. Me muevo a babor, que bien sabes que es el lado izquierdo, cuando las circunstancias lo requieren. Basculo a estribor, que debes conocer también que es la diestra, cuando cambian los vientos. Y sobre todo, vida mía, me encanta recostarme en la proa, porque desde allí lo diviso todo, el horizonte inclinado a mis pies y me siento tan dominador que me reconozco el dueño de mis sueños y todos los destinos que invente. Elijo los nudos de velocidad que me dan la gana y devoro las millas que hagan falta".

"Me gusta controlarlo todo y estoy seguro, lo juro por mis muertos, que tú y yo llegaremos lejos; es más, alcanzaremos todo lo que nos propongamos".

Y tras el monólogo, para nada altruista, insolente e inmodesto del marido la mujer contestó:

"¿Lo controlas todo? ¿Lo abarcas todo? Enhorabuena ¿Y yo? ¿Te ocupas acaso de mí? Resulta tan vital para tí gobernar lo que te rodea que ignoras las cosas más importantes, que son las que tienes al lado".

"Me olvidas a mí, por ejemplo, tu persona más cercana. Y soy tan menuda y tan pequeña que no mido más de 1,65 metros de eslora".

Música sugerida: X & Y. Coldplay

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