En más ocasiones de las que deseo, cuando voy a recoger el pan de cada día me encuentro la panadería de cola hasta la puerta. Nada preocupante si no fuera porque cuantas más prisas tengo más repleto se encuentra el recibidor de clientes. Hay veces que sólo hay una persona atendida y me alegro por ello, mas empiezo a desesperarme porque la conversación entre dispensadora y compradora parece no tener fin y de las preguntas respecto a qué productos tiene a interesarse por las cuestiones personales existe un frágil paso.
Hoy me ha vuelto a ocurrir. Caminaba ligero para la compra del pan para poner luego la olla a calentar y, por fin, llego al establecimiento y la tienda llena de clientes. Con cierta ingenuidad pienso que cada uno de ellos tendrá sus propias premuras, pero a veces lo dudo; pues no resulta rápido el protocolo de compra venta cuando hay personas que parece que llevan toda la mañana sin hablar con nadie, y cuando entran al comercio se desahogan con la vendedora y le dan al palique, unos tutulillos por aquí, unos marujeos por allá y hasta intimidades que a mí nada me importan.
Esto me pasa también con escasos compradores delante de mí y lo que deberían ser tres minutos se alargan a veinte de reloj. Esta mañana no. Este mediodía había una señora bien peinada, arreglada de domingo y con unos kilos de más, para su edad y vitalidad, en primera línea del mostrador. Solicitó la mujer rollos, empanadas, bizcochos, tartas, toñas, harina, pan, tortas de gazpachos, ensaimadas, cruasanes, papas y hasta pizzas. Casi todo lo que era visible en las vitrinas de la exposición. Pensé para mí que tan sólo le faltó comprar la tienda entera.
Después de pagar un buen dineral, por sus caprichos o necesidades, ¡qué más me da! interviene en su única conversación: “¡Cómo está todo de caro. A este paso vamos a volver a los tiempos del pan negro, a la televisión en blanco y negro y a la vida misma en negro. Vamos, que volvemos al negro!"
Yo, incrédulo, sólo pensé en la olla, que tenía que estar ya a punto de cocción, y que el puchero sí estará negro, pero negro de esperarme.
Música sugerida: BACK TO BLACK. Amy Winehouse
QUÉ NOMBRE TAN CORTO...
Hace 8 años
hola juan hace tiempo que no pasaba por tu blog jajaja me ha encantao este marujeo de la mañana explicao por tii, la verdad que no me gusta el marujeo voy a comprar sin prisa pero no aguanto las colas yo cuando veo algo asi le digo por favor que tengo prisa y se dan cuenta que no es momento pa ponerse a hablar solo el de despachar y na mas ohhh DIOS QUIERA que no volvamos a los tiempos del blanco y negro jajaja mejor ver los colores jajaj besitosssss
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