lunes, 18 de enero de 2010

LAS PEQUEÑAS COSAS

La vida, ésta tan nuestra y la única que tenemos, está llena de pequeñas cosas. Son tan diminutas que no le damos la mínima importancia. Actuamos normalmente con pautas ecolálicas, con mecanismos de repetición y acabamos siendo, irremediablemente, autómatas de lo cotidiano. La mayoría de las cosas las hacemos porque sí y son tantas y tan pequeñas que no le añadimos valor alguno.
Parece que necesitemos un estímulo ajeno, una palmadita en la espalda, un golpe de suerte para darnos cuenta de que la vida es menos barroca de lo que aparenta. Que nos complicamos la existencia con formulismos innecesarios, que nos construimos nuestros propios castillos, que la mayoría de los problemas los originamos nosotros.
Filosofamos hasta el infinito, discutimos hasta la saciedad, sacamos punta hasta a las cosas redondas. Y no. A cualquier edad no es necesario complicarse los días por obcecación, No vale la pena. Las cosas simples y sencillas representan casi el todo del vivir diario. No esperes un acontecimiento para probarte. Pruébate todos lo días. Cuando vayamos a comprar el pan, cuando conversemnos en el trabajo, cuando regresemos a casa, cuando estemos con los amigos.
Disfrutemos con cada cosa que hagamos, por muy simple que nos parezca. Ahí está el secreto escondido. Los milagros no existen, pero los podemos hacer nosotros. Recupera lo olvidado, estimula lo dormido, engrandece lo más minucioso. Parece una tontería pero, cualquier día de primavera, aflorará una flor que dimos por muerta. Diremos entonces que ya no servía y que no valía la pena. Y ahí volverá, delante de tí. Y quizás te pregunte qué hiciste por ella.
Que el tiempo pasa ya lo sabemos. Por eso, por eso y no por otra cosa, resucita cada instante, vive lo perdido, y abraza esas cosas tontas, esas pequeñas cosas, que están siempre a nuestro lado y no reparamos nunca en ellas. Piensa, por un momento, que están por algo, no por una azarosa casualidad. Y aunque fuera una coincidencia, qué más da. Disfruta entonces.
Hazme el favor, si puede ser, de no pasar ninguna oportunidad. Lo más grande se encuentra en lo más pequeño y olvidadizo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario