lunes, 1 de febrero de 2010

LA COSTILLA DE ADÁN

Venimos arrastrando, desde el principio de nuestros tiempos, éste insólito sambenito, éste machista cuento propagado hasta nuestros días y hasta la saciedad, defendido por creencias cristianas, judías y también musulmanas y que perpetúan la sumisión de la mujer al hombre.
Siguiendo la fidelidad del argumento la mujer fue creada para acompañar al hombre evitando así su marchita y trágica soledad. Eva fue inventada desde una costilla de Adán para darle hijos y asegurar las descendencias de la especie. Y gracias a Dios, y sobre todo a esa costilla de Eva estamos donde estamos y somos lo que somos.
Pero no fue creado Adán de una costilla de Eva. Adán es producto exclusivo de Dios y Eva, la mujer costillera, su posterior complemento. El machismo, que continúa brutalmente, tiene, gracias a ésta malévala historia un sagrado pretexto y una divina justificación.
Luego las respectivas instituciones religiosas argumentan que lo de Adán y Eva, y su costilla ortopédica, no es más que una simbología. Pero yo diría a esas instituciones tan poderosas que los símbolos, los bulos, las creencias y los cuentos se inventan siempre por demoledoras intenciones.
El caso, amig@s míos, es que muchos hombres, todavía hoy, consideran a la mujer como parte de su costilla, como prolongación de su propio ego y como objeto y lecho de sus instintos sexuales. Pero puestos a contar mentiras piadosas hasta los contadores tergiversan, pues no se trataba de una costilla de Adán, sino de otro hueso procedente de sus partes nobles. pero parece que queda en zona más noblemente situada una costilla que en las partes bajas, que siempre desatan y delatan los instintos del placer.
No fue una costilla la culpable de los pecados de Eva (que parece que se la creó como chiva expiatoria) sino un insignificante hueso, el básculo o spongioso, lo que se trasplantó a la pobre Eva. Un hueso masculino que portan algunos mamíferos en el pene y que les permite penetrantes relaciones sin necesidad de erección.
No sé por qué odio los cuentos que transmiten roles, papeles, conductas, status y obligaciones. Ya es hora que se comunique a esa humanidad trastornada , desigual y deshumanizada que la mujer tiene si propia costilla, nunca impuesta, que le otorga independencia, autonomia y libertad.
Y cualquiera diría que Eva y las mujeres son esclavas de alguien. No lo son. Son libres como el viento, nacieron solas y son dueñas de su propio destino. No son esclavas de nadie. Ni siquiera de Dios.

1 comentario:

  1. Sobre todo la Iglesia cuenta las cosas en su propio beneficio siempre a sido asi, pero aun dudo si lo de la costilla fue verdad, pienso que la mujer es la que elige su camino aunque a veces le salga mal pero tiene sus derechos y no deveriamos olvidarlos.

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