martes, 18 de enero de 2011

GOLPE DE SUERTE

La vida siempre es el mejor escenario para repetir la frase "a veces"; y a veces, cuando nos sacude, decimos que hemos tenido un golpe de suerte o la suerte nos ha esquivado. Se dice por ahí que la suerte no existe, que la buscamos y se encuentra o la perseguimos como una sombra invisible y no se alcanza jamás.

Como acompañante de un familiar accidentado aprendí mucho de estas cosas. Hospitalizado tres meses en una planta de lesiones medulares un milímetro es suficiente para establecer una línea divisoria: la de salir andando con el propio pie, la de quedar en una silla de ruedas como parapléjico o sufrir el atrapamiento de la tetraplejía con la conciencia despierta y el cuerpo esclavo.

Tan corto es ese milímetro y genera, sin embargo, esperanzas distintas. Quien salga por su pie es un privilegiado y entre quienes dependerán de una silla se establecen, igualmente, envidias sobre los destinos caprichosos del azar. Que la lesión sea de lumbares o de cervicales va a resultar determinante para enfocar la vida con optimismo o hundirse en la faltalidad.

En la vida real ocurre lo mismo. Cada cual recibe un trato distinto, dependiendo de la suerte o la desgracia. Hay quienes están en el momento justo y en el sitio adecuado para reflotar o por el contrario encuentran pretextos para morirse vivos. Y se establecen también comparaciones entre los unos y los otros, crecen las envidias, los recelos y los agravios.

Es cierto que, si miramos a nuestro alrededor, siempre encontraremos consuelo porque con seguridad existe alguien en peor situación. Mirar a los que gozan de mejor suerte con resignación tampoco conduce a nada.

Os invito, por tanto, a vivir la vida que nos toca con la mayor honestidad posible, sin mirar de reojo a quienes tengamos al lado, sin que nos pese quién nos adelante o se rezague.

La vida es una carrera de fondo y, más que llegar el primero, importa llegar, y cada cual a su ritmo, el que se imponga o el que le marquen.

Y en el viaje lo más importante es ser felices, y cuanto más mejor. Aunque lleguemos los últimos.

Música sugerida: SWEET JANE. Two Nice Girls

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