miércoles, 5 de enero de 2011

LOS REYES MAGOS

Hubiese deseado, si por mí fuera y tuviese ese poder regio y la magia divina, traer paquetes y carretas de carbón a muchas personas: a mafiosos, especuladores, ricos para nada desprendidos y que ignoran la palabra generosidad, estraperlistas, mercaderes de humos y esperanzas incumplidas, mercenarios del engaño y la guerra, hipócritas de alto postín...

Traería a los desamparados protección y consuelo a los desconsolados, besos de amor a los solitarios y abrazos fraternales a los mutilados de cariño.

Pero un paje me ha dado información adelantada de que este año, como todos los años de la historia repetida, los Reyes Magos traerán a los tiranos y poderosos tanto o más que el año pasado, que el dinero a veces improvisa el chantaje y la mala conciencia no está reñida con los grandes palacios, ni con los lujosos yates, ni los caros hoteles. Recibirán tanto que el año que viene pedirán largas cosas en su carta a los Reyes, para no perder la costumbre.

Yo, que hace tiempo dejé de pedir nada porque nunca acertaban, me acordaré del mal distribuido reparto. No siendo ni Papá Noel, ni Santa Claus, ni Rey, ni paje confidente, apartaré el carbón y luciré mis mejores galas para impartir abrazos y besos, antes de que los besos y abrazos desparezcan de los diccionarios. No tengo otra cosa que dar, ni nada mejor que ofrecer.

Hasta que se cansen los brazos, se gasten los besos y se averíe la cuerda del corazón. Los Reyes no tienen repuesto para eso. Pero siempre pediré lo mismo. Aunque me traigan carbón.

Música sugerida: RAMÓN. Jerry Donahue

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