jueves, 15 de diciembre de 2011

DUNA Y MARINA

Duna y Marina, Marina y Duna. Yo, que no creía en los ángeles, por lo menos en nuestra dimensión terrenal, los he encontrado. Bueno, en realidad son dos querubines femeninos, porque los celestiales no tienen sexo y resulta más difícil denominarlos convenientemente. Duna y Marina, Marina y Duna, visitaron mi casa y compartieron conversaciones, desayunos, comidas y tertulias inundando mi morada, generalmente semivacía, en una sinfonía de alegrías y ternuras.

Pregunté a quienes las conocen mejor y por más tiempo si alguna vez las vieron enfadadas, disgustadas, hurañas y con los genios escapados de los remansos del alma. No. Para nada. Nadie las ha visto así y es asunto tan misterioso que mi incredulidad tuvo que asumir la bendita realidad. Porque Duna y Marina, Marina y Duna, ignoran la misantropía, y su inocencia, más que delatarlas y dejarlas en evidencia, las hace más fuertes.

El caso es que Duna y Marina, Marina y Duna, se imponen por su generosidad, convencen por su simpatía, y reparten sueños y sonrisas como el castañero en invierno. Sólo que sus abrazos y sus dulzuras son invernales, primaverales, otoñales y estivales. Regalos gratuitos que ofrecen toda la temporada, con sus meses, sus años y su eterna juventud.

No sabemos en esta casa cuándo las volveremos a ver, porque partieron hacia sus tierras tras una estancia de paso. Pero ya sabemos que, como decía Fray Luís de León a sus salmantinos alumnos al reanudar sus clases después de cinco años de ausencia, “como decíamos ayer…” que todo seguirá igual y nada habrá cambiado.

Y volveremos a compartir las risas, pase lo que pase, con sus abrazos, sus ojos sinceros y su vitalidad envidiable. Cuatro días hermosos de ajetreos intensos y de reiniciar las ilusiones, cansadas y perdidas.

Si las veis juntas, si las encontráis por un capricho de encuentros azarosos de la vida, si os responden por sus nombres, Duna y Marina, darles dos besos, mirarles a los ojos y esperar a que sonrían. A partir de entonces comprenderéis que todavía existen los seres especiales y creeréis, si nos abandonaron los milagros, que algunos se conservan. Y no son alienígenas. Son de por aquí.
Música sugerida: ALINE CHERIE. Nirvana

1 comentario:

  1. Juanjooo! uaaauuuu
    que sorpresaaaa!
    venia a dar un vistazo a tus relatos y me encuentro con este sorpreson! jejeje no lo puedo creer... me ha hecho muchisima ilución! es tan hermoso...
    Muchas gracias por todo! todavia estoy en esa burbuja... hemos sido muy felices estos dias en Villena, con Laura contigo y con Paqui, que nadie nunca nos havia cuidado tan bien!
    Mil gracias! y hasta prontooooo!

    Ahora le mando a Duni para que lo lea, seguro que brinca de alegria!

    Ciao!

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